Todo el tiempo estamos pendiente de lo que hace la competencia, de dar un mejor servicio en cuanto a calidad- precio pero muchas veces nos olvidamos de lo que realmente hace la diferencia y lo que hará que nuestros clientes nos elijan frente a los demás, más allá del servicio y del precio que ofrecemos, y en realidad lo que hace la diferencia, son aquellos beneficios emocionales que tenemos frente a los demás, el demostrar a la marca con humanidad e interesado por lo que quiere el cliente. Si muestras esto, estarás dando un paso más que importante frente a la competencia.
Es tan simple como pensar qué es lo que te gusta a ti cuando eres un cliente. Si vas a un supermercado a escoger un producto, te encuentras con varios de ellos que te ofrecen lo mismo, y que su función es exactamente la misma, pero hay algo que te hace elegir un producto y no otro. Por lo general, podríamos decir que es la calidad-precio lo que hace elegir un producto frente a otro, pero una vez que te vuelves fiel a esa marca, esperas algo más, y la eliges porque te da algo extra, porque sabes que puedes confiar en lo que te da, en que si tienes un problema y te pones en contacto sabrán como atender tu solicitud y en que nunca te va a defraudar. Esos son los beneficios emocionales de una marca frente a otro. El saber conectar con el cliente, con lo que quiere, lo que le hace falta y dar una confianza mutua. En definitiva: es lo que hace que un producto se transforme en una marca.
Para dar este beneficio emocional frente a la competencia, en primer lugar es importante que conozcas a tus clientes. Tienes que saber qué es lo que buscan en ti como marca, qué es lo que deberías darles para tenerlos contentos y que su confianza en tu marca aumente, cuáles son sus deseos, qué les gustaría tener de ellos, etc. Una vez que tienes claro qué tipo de clientes son los que siguen tu producto, tienes que encontrar la vía para llegar a sus emociones. Este paso dependerá del tipo de empresa, servicio y producto que se esté ofreciendo. En algunos casos, es mostrar la importancia que se le da no solo al trabajo sino también a la familia, en otros es mejorar la reputación para que el cliente se sienta parte de algo importante y algo que le hace bien de cara al exterior y en algunos casos es simplemente aumentar la confianza y fiabilidad de la marca, para que el cliente sigue adelante y así pueda recomendarlo al resto de personas.
Consiguiendo algunos de estos parámetros, se estará generando unos beneficios emocionales que son la diferencia clara entre un producto y otro, y lo que hace que se genere una marca más que un simple producto o servicio.
Si aún no lo tienes claro, observar a la competencia puede ser un buen método. Ver qué les ofrece la competencia y en qué están fallando puede ser el empuje que necesitabas para ver ese beneficio emocional que tienes frente a los demás. Es tan simple como pensar por qué los clientes deciden elegirte a ti y no a los demás. Si tienes claros estos parámetros sabrás como ofrecerles ese beneficio emocional y llegar a sus corazones para sigan siendo fiel a tu marca.
En caso de que tengas confianza, puedes hablar con tus clientes más leales para que te guíen sobre ello y así poder tener un panorama más claro de lo que tus clientes necesitan a nivel emocional. Puede que al principio te parezca algo muy difícil de conseguir, pero cuando lo tengas claro, verás que solo se trata de reforzar lo que ya das pero de manera consciente para que no sea algo por casualidad, sino algo predeterminado, algo que tu sabes que das y que por eso tienes el éxito que tienes entre tus clientes frente a la competencia. En definitiva, todos buscamos algo más cuando somos fieles a un producto o servicio y nos gusta que nos lo den por nuestra lealtad.
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